Se denomina megafauna (del griego megas “grande” + fauna, “animal” en latín) a los animales gigantes o muy grandes que vivieron durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno.
La megafauna se extinguió a finales de Pleistoceno, hace entre 40.000 y 12.000 años.
En la categoría de megafauna se suelen incluir grandes animales terrestres ya desaparecidos.
Los paleontólogos sostienen que los animales de la megafauna fueron exterminados por nuestros ancestros.
Otros expertos creen que los enormes animales de la megafauna se esfumaron a causa de algún cataclismo o debido a un cambio climático.
Un grupo de científicos de la Universidad de la República, en Uruguay, sugiere que uno de los factores que pudo contribuir a la extinción de la megafauna pudo ser la gran talla de estas criaturas animales.
El mamut, los ciervos del género Megaloceros, los rinocerontes lanudos y los mastodontes, entre otros.
En la actualidad el término megafauna también se usa para referirse a los animales salvajes de mayor tamaño que existen, como los elefantes, las jirafas, los hipopótamos, los rinocerontes, los alces, los cóndores…
América del Sur es la región del planeta en la que hubo una mayor concentración de megafauna,
«La Patagonia se ha convertido en la piedra de Rosetta que muestra que la colonización humana no provocó extinciones de forma inmediata, al menos mientras se mantuvo el frío», explica en una nota el director del Centro Australiano para el ADN antiguo de la Universidad de Adelaida.
«Al contrario, pasaron más de 1.000 años de ocupación humana antes de que se produjera un repentino evento de calentamiento y, entonces, la megafauna se extinguió en apenas 100 años», apunta. (Ultram)
Entre los animales que conformaron la megafauna también se incluye a algunas especies que todavía sobreviven hoy en día, como los elefantes, las jirafas, los hipopótamos, los rinocerontes, los alces, los cóndores….
Un reciente estudio publicado en la revista Biology Letters analiza cómo habría influido en la megafauna la disponibilidad de comida durante la última glaciación.
Es importante destacar que las grandes necesidades nutricionales de estos enormes animales los convertían en vulnerables.
Por ejemplo, un elefante consume más de 200 kilos de comida al día, por lo que los mamuts seguramente necesitaban todavía más cantidad de alimento.
Los expertos sostienen que un cambio severo en el clima hizo que tuviesen cada vez más dificultades para encontrar el alimento suficiente para sobrevivir.
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