Todo el mundo sabe que el Sol es mucho más grande que la Luna, pero curiosamente ambos parecen tener el mismo tamaño al ser observados desde la superficie terrestre.
No en vano, en los eclipses solares y de luna ambos llegan a ‘cruzarse’ en el firmamento, ‘encajando’ de forma casi perfecta sus esferas para dar unos bellos espectáculos.
Esto se debe a una curiosa coincidencia numérica, pues el diámetro de la Luna es de 3.476 kilómetros, mientras que el del Sol es cerca de 400 veces más grande (1,39 millones de kilómetros).
Sorprendentemente la estrella está a casi 150 millones de kilómetros de distancia, unas 389 veces los 380.000 kilómetros de media que hay del satélite a nuestro planeta.
Por lo tanto, la proporción entre sus tamaños y sus distancias de la Tierra prácticamente se mantiene, lo que hace que ambos cuerpos tengan prácticamente el mismo tamaño.
Esto es algo que no sucede en el resto de objetos del Sistema Solar, por lo que nos podemos considerar unos afortunados.
Sin embargo, en función de las posiciones de unos y otros podrán estar algo más cerca o más lejos, lo que provoca que los eclipses puedan ser completos, parciales o anulares (sin cubrir totalmente el disco solar).
Pregunta formulada por: Julio Delgado Corrochano (Ciudad Real)
Empleando las estadísticas, hemos elegido para ti el Top de los post más populares entre nuestros usuarios recurrentes en la categoría Ciencia.