No fue necesario que Felipe VI se la colocara sobre la cabeza, pero el pasado 19 de junio jugó un importante papel simbólico en la coronación del nuevo rey de España.
Se trata de la joya de la corona que presidió este importante acto para la monarquía española.
La misma estuvo colocada en un almohadón durante la jura y proclamación del nuevo rey.
Por su alto valor simbólico por el país se podría decir que no tiene precio, pero si nos ceñimos únicamente a sus características se puede asegurar que su precio no alcanza los 500 euros.
Fue confeccionada en Madrid en 1775 por un platero por encargo de Carlos III y cuenta con un tamaño de 18 centímetros en su base, 39 centímetros de altura y 40 centímetros de diámetro, por lo que no fue pensada para ser portada en la cabeza.
Su peso es de un kilogramo y está hecha de plata dorada y terciopelo rojo. La última vez que había sido mostrada al público había sido en 1980, coincidendo con el traslado a España de los restos de Alfonso XIII para su enterramiento en el país.
Y es que este preciado objeto pasa sus días guardada en una cámara acorazada del Palacio Real de Madrid, donde comparte lugar junto a otros objetos históricos de gran valor de patrimonio nacional.
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