Catalina II de Rusia (1729-1796) es conocida por haber sido una de las mayores ninfómanas de la historia.
Se casó con el Zar Pedro de Holstein-Gottorp en el año 1745, pero a partir de entonces disfrutó de un buen número de amantes. Entre ellos
Grigori Potiomkin o Aleksandr Dmitriev-Mamónov, hombres jóvenes que ocupaban altos cargos y que, tras estar con ella, eran premiados con tierras y siervos por sus ‘servicios’
Se cuenta que requería los favores de sus amantes hasta seis veces por día e incluso contaba con una media de 21 hombres a su disposición de forma fija, siendo 80 el número total de jóvenes que podían pasar en un año por su alcoba.
Siendo ya viuda salió de la corte para dar a luz a un hijo ilegítimo, Aleksei Bobrinskói, engendrado por Grigori Orlov.
Y su último amante fue el príncipe Zúbov, el cuál tenía 40 años menos que ella. Tal fue su pasión por el sexo que se ha llegado a asegurar que murió mientras lo practicaba con un caballo, aunque se trata más de un rumor que de un hecho contrastado por los historiadores.
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