¿Qué es el autocontrol y por qué se debe mantener la compostura?

El autocontrol es la capacidad de una persona para mantener la calma interior y no permitir que se traicionen sus valores internos en situaciones emocionales. Perder el autocontrol significa sucumbir a las emociones y traicionar a tu “yo interior”. Por lo tanto, perder la compostura es caer en un estado de desequilibrio emocional.

¿Por qué mantener la compostura?

La respuesta más simple para entender por qué es importante mantener la compostura, es enumerar las cosas negativas que surgen a partir de este acto; entre las cuales se puede enumerar:

1) Sentimientos de culpa o vergüenza.

2) Pérdida de la masculinidad (si eres hombre).

3) Ataques de nervios.

4) Histeria.

5) Cuanto menor sea el nivel del factor irritante, mayor será la incomodidad de las personas que presenciaron un ataque de descontrol.

6) La pérdida del autocontrol se puede expresar en completa calma, ya que la persona parece tranquila por fuera.

7) Las repeticiones frecuentes pueden conllevar a ataques cardíacos o el desequilibrio del sistema nervioso.

Pérdida de la compostura

Generalmente, esto no ocurre en poco tiempo. La pérdida de la compostura es un largo proceso que surge por la acumulación de factores irritantes. Sin embargo, una persona que cultiva el autocontrol tiene la capacidad de disolver en sí mismo los signos del primer estímulo.

Para aprender a disolver un estímulo en ti mismo, primero debes reconocerlo. El problema con muchas personas es que a lo largo del día acumulan muchas situaciones negativas y ya ni siquiera lo notan, las cuales automáticamente se suman en su cuenta emocional negativa.

Aquellos que han perdido la compostura describen este sentimiento como un velo rojo ante sus ojos. Donde hay una pérdida total de control del cuerpo y la conciencia.

Nadie te aconseja que soportes la humillación o acoso, solo te queremos hacer entender que un ataque de nervios es la peor forma de entablar un diálogo y resolver problemas. Así que, la mejor opción es intentar controlar tus emociones, para afrontar los sentimientos de la mejor manera posible.