La corrupción abarca desde actos de gran envergadura hasta cualquier tipo de soborno que se realice por minúsculo que sea.
Según los datos del Barómetro Global de la Corrupción de Transparencia Internacional, 1 de cada 4 personas pagó por un soborno, de acuerdo a las estadísticas del año 2017.
Pero, ¿quienes incurren en este tipo de faltas con más frecuencia?
Según varios estudios, es bien sabido que entre los hombres y las mujeres existen ciertas diferencias que permiten que los hombres estén más abiertos a la posibilidad de cometer algún tipo de corrupción.
Se creía que esto ocurría debido a características innatas de las mujeres que les permitían ser más cautas.
Sin embargo, tras el análisis de varios estudios de psicología, economía y criminología, se ha logrado saber que la corrupción es menos común en las mujeres por su aversión al riesgo.
Esto quiere decir que las mujeres son menos propensas a tolerar la corrupción porque asumen una actitud diferente frente a situaciones de riesgo y perciben de forma más clara las consecuencias negativas que pueden surgir en caso de ser descubiertas.
Asimismo, se cree que probablemente esto se debe a que las mujeres generalmente son educadas para tener un comportamiento más cauteloso que los hombres.
Por ello, resulta interesante entender cuáles son los factores que inciden directamente en este comportamiento para lograr educar personas menos corruptas de todos los géneros.
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