¿Cómo nacieron las leyendas sobre centauros y monstruos marinos?

El miedo del ser humano siempre ha estado presente; y en su intento de darle un sentido lógico a las cosas, en ocasiones se crean mitos que se acarrean por generaciones.

Aunque algunos tienen bases lógicas que permiten conocer por qué en su época se podían confundir ciertos elementos con cosas misteriosas; otros simplemente se desarrollaron por miedo.

A continuación te mostraremos algunas leyendas conocidas sobre los centauros y las creencias sobre los monstruos marinos, para intentar descubrir su origen.

Leyendas de los centauros

Los centauros de la epopeya griega antigua eran una raza separada. Las criaturas con cuerpo de caballo, con torso y cabeza de humanos se distinguían por la agresión y la crueldad. Vivían en los bosques, cazaban y pastaban ganado.

Muchos historiadores asocian las leyendas de los centauros con los apuestos jinetes escitas. Éstos lucharon a caballo, manteniendo a raya a las tribus occidentales, para quienes este método de lucha era inusual y nuevo.

Las historias sobre jinetes increíbles adquirían constantemente nuevos detalles. Poco a poco, los testigos les otorgaron superpoderes y con el tiempo comenzaron a percibirlos como uno con los caballos. Es de allí que nace la leyenda de estos hombres mitad humano y mitad caballo.

Creencias sobre los monstruos marinos

El elemento del agua siempre ha atraído a la gente. La profundidad de los mares fascinaba, pero invariablemente ocultaba algún tipo de misterio y peligro. En la antigüedad, se creía que los monstruos marinos vivían en el abismo, que atacaban a los barcos y se llevaban las almas de los marineros.

Entre los monstruos marinos que más destacaban se encuentran: La Hidra, el Kraken, Leviatán y el Monstruo del Lago Ness, los cuales todavía aparecen en las historias de terror.

El miedo a los monstruos es fácil de explicar: la gente, en principio, siempre ha tenido miedo de la muerte y de todo lo relacionado con ella. En la antigüedad, la vida de nuestros antepasados estaba esencialmente amenazada por una sola cosa: enfermedades infecciosas, cuyas causas no se conocían y no podían curarse.

Por lo tanto, cualquier suceso inexplicable solo podría tener sentido si se trataba de algo sobrenatural y místico. Es precisamente así que surgen todas las historias de terror basadas en monstruos marinos y personajes espeluznantes.

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