¿Cuál fue la sorprendente muerte de León Trotski?

Su asesino fue un joven comunista de origen español que era agente del departamento gubernamental soviético.

León Trotski (1879-1940) ha pasado a la historia como político y revolucionario ruso que lideró la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia y que más tarde se enfrentó Iósif Stalin desde su ideología de izquierda revolucionaria denominada ‘trotskismo’.

Su oposición al gobierno de la Unión Soviética propició que fuera expulsado del país en 1929, por lo que pasó etapas en Turquía, Francia o Noruega antes de establecerse en México en 1937.

En el estado norteamericano radicalizó sus críticas al estalinismo, lo que provocó que fuera víctima de dos atentados en 1940, el segundo de los cuales le costó la vida.

El mismo tuvo lugar en agosto de 1940 y fue perpetrado por el español Ramón Mercader, un agente del departamento gubernamental soviético ‘NKVD’.

Durante los meses anteriores este hombre se ganó la confianza del político aparentando ser un admirador nacido en Bélgica.

En su acercamiento Mercader incluso se hizo novio de la hermana de la secretaria de Trotski, por lo que logró que poco a poco confiara en él hasta el punto de dejar que pasara a su despacho sin ser registrado.

Así, el 21 de agosto se presentó en su despacho con la excusa de que revisara un artículo que iba a publicar en un despacho, momento que aprovechó para clavarle un piolet en la cabeza.

Sin embargo, el agredido no murió inmediatamente y gritó para alertar a los guardias, pidiéndoles incluso que no le mataran para descubrir quién era el que enviaba a Mercader.

El comunista de origen catalán recibió una paliza de los guardaespaldas del político ruso y acabó en la prisión mexicana de Lecumberri.

Sin embargo, nunca confesaría públicamente su relación con el régimen soviético, pues en su juicio aseguró haber atacado a Trotski en defensa propia y justificó portar un piolet por ser escalador y tener que llevarlo al carpintero.

Durante cerca de 20 años estuvo apresado en la cárcel, donde fue llamado ‘El Santo’ y dedicó el tiempo a leer y a dar clases a sus compañeros.

Una vez cumplida su condena se estableció en la URSS, donde fue recibido con honores tras serle cambiado el nombre a Ramón Paulovich López.

Sin embargo, en 1978 y enfermo de cáncer pidió asilo en Cuba tras serle denegado el regreso a España.

Allí falleció y actualmente sus restos mortales se encuentran en el cementerio moscovita de Kuntsevo.

Síguenos en las redes

Te puede gustar...

Suscríbete a nuestra newsletter