¿Por qué el famoso muro de Jerusalén es el de las ‘Lamentaciones’?

Pregunta formulada por: Ernesto Vega Ortiz (La Rioja) Visitar hoy en día Jerusalén (Israel) prácticamente obliga a pasar por el Muro de las Lamentaciones.

Y es que es uno de los lugares sagrados del judaísmo, ya que en él cada día se congregan miles de personas para orar.

Su origen no está claro, pero se sabe que fue construido en dos ocasiones.

La primera de ellas formó parte del Templo de Salomón, levantado en el s.X a.C. y destruido en el año 587 a.C. por los babilonios.

Posteriormente, en el 536 a.C., fue reconstruido por los líderes Zorobabel, Esdras y Nehemías; pero los romanos volvieron a acabar con él en el año 70 d.C.

Según cuenta la tradición, cuando las legiones del emperador Vespasiano destruyeron el templo dejaron una parte en pie del muro exterior.

La intención del general Tito fue la de dejar un recuerdo perpetuo para que los judíos recordaran siempre que Roma había logrado vencer a Judea, de forma que fuera un muro para sus lamentaciones.

Sin embargo, los judíos interpretaron este hecho como un cumplimiento de la profecía divina que aseguraba que siempre quedaría en pie una parte del templo como demostración de la alianza de Dios con el pueblo hebreo.

Así actualmente los miembros de esta religión oran y realizan ceremonias frente a esta pared.

Entre sus peticiones están la devolución de Israel al pueblo judío, el retorno de todos los exiliados judíos, la reconstrucción del templo o la llegada de un mesías para su pueblo.

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