¿Qué era en realidad el misterioso Oráculo de Delfos?

Durante varios siglos fue un importante lugar de la Antigua Grecia.

El cine gracias a películas como ‘300’ se ha encargado de popularizar el ‘Oráculo de Delfos’, un lugar real que los antiguos griegos consideraban como uno de sus centros religiosos más importantes.

El mismo estaba situado en un santuario de Delfos, al que se podía llegar tras pasar por un estrecho desfiladero.

Según su mitología, este lugar fue construido después de que Apolo, con apariencia de delfín, pidiera a la tripulación de un barco de cretenses que le siguieran y fundaran este santuario tras vencer en ese mismo lugar a la diosa Gea y a su dragón.

Con el tiempo este lugar se convirtió en una zona de peregrinaje para las personas que deseaban conocer el futuro.

Normalmente el oráculo estaba a cargo de una anciana, la Pitia o Sibilia, y un hombre, el Profeta.

Para hacer esta consulta al dios Apolo, que se celebraba solo los días 7 de cada mes, antes había que ofrecerle una tarta hecha con miel y sacrificar en su honor a una cabra.

Si el animal temblaba durante la ofrenda era síntoma de que el dios accedería a responder a las dudas.

Posteriormente la sacerdotisa masticaba unas hojas de laurel, espolvoreaba harina y bebía tragos del agua que manaba de la fuente sagrada mientras entraba en trance y hablaba por boca de Apolo.

Con la ayuda del Profeta lograba dar un mensaje al visitante en respuesta a sus dudas o cuestiones.

Sin embargo, como es lógico con el tiempo toda esta ceremonia otorgó gran poder político a los sacerdotes encargados del Oráculo, toda vez que sus designios influían en las decisiones de generales, políticos y comerciantes de la época.

Por ello el Oráculo fue, hasta su destrucción en el año 390 d.C, un importante lugar en la vida social y política de la Antigua Grecia.

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