¿Qué inventores se han arrepentido de sus creaciones?

Una de las mayores satisfacciones de todo inventor suele ser el momento en que sus creaciones alcanzan un nivel de éxito inigualable.

Pero existen varios escenarios en los cuales estos inventores llegan a arrepentirse de haber tenido estas ideas geniales, debido a que se han convertido en elementos dañinos e incluso letales.

Estas son algunos de los inventos exitosos que han logrado que sus creadores se sientan afligidos tras su éxito.

Bomba atómica – Robert Oppenheimer

Robert Oppenheimer fue el encargado del Proyecto Manhattan, en el que se desarrolló la primera bomba atómica. Tras una preocupación del gobierno estadounidense por estar preparados ante la posible creación de bombas atómicas por parte de los nazis, se dio prioridad a esta operación en la cual Robert Oppenheimer estuvo liderando el proceso para separar el uranio-235 del uranio natural.

La bomba estuvo lista en 1945, la cual fue detonada en el desierto de Nuevo México en el mes de Julio, y pocas semanas después se convertiría en un arma letal recordada durante todos los tiempos.

Este invento fue el responsable de dos de los eventos más devastadores de la historia: las detonaciones de bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, donde se estima que fallecieron alrededor de 150 y 250 mil personas entre civiles y soldados.

Posterior a estos eventos, Oppenheimer se lamentaría en múltiples ocasiones por la inmensa cantidad de víctimas, y apenas 2 años después renunciaría a su cargo. Tratando de redimirse, en primera instancia abogó por mantener un control de armas y detener el desarrollo de armas nucleares en el mundo. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron éxito.

Por tanto, el físico teórico declaró que se consideraba un “destructor de mundos” y que tal como reza el texto sagrado hinduista Bhagavad Gita, se había “convertido en la muerte”.

Dinamita – Alfred Nobel

Este ingeniero, químico e inventor obtuvo gran fama y riquezas al descubrir una forma de manipular con seguridad la peligrosa nitroglicerina, mezclándola con un material poroso absorbente, creando así la dinamita.

Esto representó un avance impresionante en los métodos de construcción, pero al poco tiempo se le dio la utilidad para crear armamentos y destrucción.

Se cree que esto afectó a Nobel al punto que al morir, dejó encargados a los ingenieros Rudolf Lilljequist y Ragnar Sohlman para que destinaran gran parte de su fortuna en la creación de una fundación que premiara los avances en física, química, literatura, medicina, y especialmente en los esfuerzos por lograr la paz mundial.

De esta manera nació el galardón internacional más importante de estas categorías, como resultado de una manera de redimirse por la destrucción y muerte que su invento había provocado.

Agente Naranja – Arthur Galston

A pesar de que este biólogo vegetal no fue el responsable de crear este potente herbicida, sus hallazgos fueron los que dieron paso a la creación del Agente Naranja.

En un principio, su investigación se basó en la creación de un potenciador de crecimiento para las plantas conocido como TIBA, el cual, al ser aplicado en pequeñas cantidades estimulaba la floración y ayudaba al crecimiento de la soja. Sin embargo, cuando se usaba en cantidades mayores, provocaba que la planta perdiera sus hojas. (bdconstruction.com)

Este componente se empleó como base para la creación del Agente Naranja, que posteriormente fue usado con fines militares para eliminar cultivos y selvas a fin de exponer las posiciones enemigas en la Guerra de Vietnam.

Se estima que en un lapso de 8 años, el ejecito estadounidense dejó caer cerca de 20 millones de galones de este nocivo herbicida, que no solo acababa con gran cantidad de vegetación, sino que además era dañino para la salud de los humanos por su contenido de dioxina, el cual permanece por décadas en el ambiente y puede causar malformaciones en los fetos, cáncer y problemas inmunitarios.

Arthur Galston se opuso al empleo de su invento con fines militares, diciendo que fue un mal uso de la ciencia, pues él abogaba por usar estos conocimientos para mejorar el destino de la humanidad, no para destruirla.

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