¿Puede un perro discapacitado tener afán de superación?

Sin duda. Un ejemplo de ellos es Roosevelt, un perro con una importante discapacidad en las patas delanteras que no le impide disfrutar plenamente de la vida. De hecho, su dueña Stephanie Fox, lo rescató del refugio canino de Portland donde estaba a punto de ser sacrificado y le bautizó con el nombre del histórico presidente estadounidense por haber tenido éste la enfermedad de la polio durante su infancia.

Además, esta mujer compró por 900 dólares una silla de ruedas adaptada para su mascota, de forma que el animal se puede desplazar con normalidad como si tuviera las dos patas delanteras totalmente operativas. Sin embargo, Rossevelt no es totalmente dependiente de este artilugio, pues también es capaz de desplazarse saltando sobre sus patas traseras. Sin duda, una demostración de que los animales también pueden tener un entrañable afán de superación.

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