Ser uno de los puentes más famosos del mundo también tiene su lado negativo.
Por ejemplo, convertirse en uno de los mayores puntos negros del mundo en lo que suicidios se refiere, pues el Golden Gate de San Francisco está considerado (tras el puente chino Nankin) el segundo lugar del planeta donde se producen más decesos de este tipo.
En 2013 un total de 46 personas saltaron desde esta construcción y se calcula que desde su inauguración en 1937 ya han sido 1.600 los suicidas que han cumplido con su objetivo.
Por ello las autoridades locales han decidido ponerse manos a la obra con el objetivo de impedir que estas desgracias se sigan produciendo en sus instalaciones.
El pasado mes de junio la junta directiva del Distrito de Carretera y Transporte del Golden Gate, la autoridad a cargo de la infraestructura, aprobó la construcción de una red bajo el puente para evitar que decenas de persona sigan intentando encontrar la muerte saltando desde el mismo.
Su longitud es de 2.737 metros, por lo que la construcción de esta enorme red se cifra en algo más de 55 millones de euros.
De hecho la complejidad de las obras hace que no se espere que el mecanismo esté finalizado antes del año 2018.
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