Sí. En 1797, a los 27 años de edad, Ludwig van Beethoven ya era un compositor de lo más prometedor.
Sin embargo, empezó a percibir que tenía problemas para oír las notas más agudas.
Un problema que fue degenerando con el paso del tiempo y que le llevó a pasar por el médico solo un par de años después, aunque su sordera crónica sería irremediable.
Como es lógico este contratiempo le preocupó mucho e incluso llegó a plantearse el suicidio al sentirse humillado por este problema.
A día de hoy se desconoce el origen de la misma, si bien se estima que para 1826 ya había perdido toda la audición.
Pero esto no impidió que compusiera algunas de sus mejores obras durante estos años, pues Beethoven mantuvo la capacidad de ‘escuchar’ la música en su cabeza para, posteriormente, llevarla al papel en forma de partituras.
