¿En qué consistía el tratamiento médico de la sangría?

Es una técnica que la medicina prácticamente no aplica desde hace 200 años.

La sangría con fines terapeúticos es una técnica médica basada en la extracción de sangre del paciente para el tratamiento de sus dolencias.

Durante varios siglos se pensaba que la sangre era la principal causante de multitud de enfermedades y que en algunos casos podía estancarse en ciertas partes del cuerpo, causando trastornos en la salud de las personas. Por ello, los doctores de la época sangraban a los enfermos mediante copas de succión o incluso sanguijuelas con la intención de limpiar su organismo a través de una hemorragia que consideraban revitalizante.

Sin embargo, con ello lo que muchas veces conseguían era debilitar aún más a la persona e incluso en algunas ocasiones les provocaban la muerte. 

Pero por fortuna, con el avance de la medicina a principios del s.XIX se dejó de poner en práctica esta técnica, pues se constató su inutilidad y sus riesgos para la salud del paciente. 

Así, actualmente la sangría solo se aplica en casos muy concretos como de hemocromatosis, de manera que permita la liberación del exceso de sangre que provoca esta enfermedad. 

Además, como es lógico, la persona a la que se le aplica recibe una compensación de plasma para evitar los efectos de esta pérdida de sangre.