¿Es cierto que puedes “morir de risa”?

La frase “estoy a punto de morir de risa” p simplemente “muero de risa”, se ha popularizado al punto de usarla sin ningún contexto particular.

Pero si lo tomamos desde un punto de vista literal, nos lleva a pensar si realmente es posible llegar a morirse por reír en exceso.

Las cosquillas surgen como una reacción natural del organismo ante estímulos en zonas sensibles, como la panza, los pies o las axilas. Esta reacción se produce como una señal de alerta, para evitar estar expuestos a peligros inminentes a nuestro alrededor.

Cabe destacar que el cerebro no detecta este impulso cuándo somos nosotros mismos quienes aplicamos el estímulo, ya que está diseñado para enviar señales de alerta de agentes externos; por lo tanto detecta que tú mismo no podrías dañarte.

Sin embargo cuando es otra persona la que aplica la presión, se genera una leve sensación de placer, que poco a poco se torna molesta. Por lo tanto, de la intensidad y duración de las cosquillas va a depender qué tan molestas puedan ser.

Esta técnica, además de ser usada en los juegos infantiles y de pareja, solía ser usada para aplicar terribles castigos y torturas.

Pero… ¿Realmente se ha muerto alguien de risa?

Estudios demuestran que cuando se producen contracciones involuntarias del abdomen, esto puede provocar la aparición de espasmos o asfixia, que interrumpen el flujo de aire y dificultan la respiración.

En estos casos, existe la posibilidad de que el grado de asfixia sea tal, que se interrumpa drásticamente el flujo de aire, provocando la muerte de la persona. Por lo tanto, ha quedado demostrado científicamente que sí es posible morir de risa. Aunque cabe destacar que no existen registros casos de personas que hayan fallecido a causa de estas técnicas de tortura.

Así que tómalo en cuenta cuando pienses aplicar cosquillas a tu pareja o a tus hijos.

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