Por muy contradictorio que pueda parecer, así lo aseguran los expertos.
Según una reciente investigación realizada en la Universidad de Texas (EE.UU) y publicada en la revista ‘International Journal of Obesity’ existe una correlación entre un número elevado de comidas diarias y unos niveles menores de insulina en ayunas.
Esto implica una disminución de la llamada resistencia insulínica, la cual está relacionada con una mayor tendencia a tener obesidad abdominal.
Y es que las personas que comen más frecuentemente presentan niveles más bajos de triglicéridos circulantes, cuyo exceso contribuye al endurecimiento y estrechamiento de las arterias.
Estas conclusiones vendrían a confirmar otros estudios previos que ya señalaban que comer más de tres veces al día está relacionado con menores tasas de obesidad y de problemas metabólicos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en todo caso son más importantes aspectos como la calidad y la cantidad de dieta que se sigue que el número de comidas que se efectúen en un día.
Y es que hay que tener en cuenta que de nada servirá comer cinco o seis veces al día si esa persona lo hace para ingerir, por ejemplo, dulces en grandes cantidades.
Por ello, estas premisas deben intentar cumplirse realizando un consumo variado centrado en las verduras y frutas.
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