¿Podrían las heces de gato ser útiles para curar el cáncer?

En la investigación para vencer al cáncer, una enfermedad que causa anualmente 7,6 millones de muertes, conviene no despreciar ninguna vía.

Y es que la clave puede estar en algo tan sorprendente y poco higiénico como las heces de gato.

O más bien, en el parásito que suele habitar en ellas, el llamado ‘Toxoplasma gondiii’, un protozoo que acostumbra a vivir en los intestinos de los animales de sangre caliente, especialmente en estos felinos.

Según un equipo de científicos de la ‘Geisel School of Medicine at Dartmouth-Hitchcok Medical Center’ de EE.UU, este microscópico ser es capaz de provocar una respuesta en el organismo para crear células que combatan eficazmente esta enfermedad.

Este protozoo puede llegar a causar la enfermedad de la toxoplasmosis, por lo que en el estudio se trabajó con ratones y se creó un parásito mutante llamado ‘cps’ que era incapaz de replicarse, por lo que podía ser empleado como vacuna.

Así, según el coator del estudio, David J.Bzik, «los cánceres agresivos parecen rápidos descarrilamientos de trenes en movimiento. ‘cps’ es microscópico pero súper fuerte, como un héroe que atrapa los trenes descarrilados, detiene su progresión y les encoge hasta que desaparezcan.

Las células de ‘caballo de Troya’ que albergan ‘cps’ serán devueltas al paciente como vacuna contra el cáncer para generar las respuestas inmunes ideales necesarias para erradicar sus células cancerosas y también para proporcionar inmunidad de por vida contra cualquier repetición futura del cáncer«.

Gato tumbado

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